“Cogito, ergo sum”
El objetivo de dicha afirmación era encontrar un axioma a partir del cual se pudiera construir toda una filosofía de pensamiento racional. Y ninguna persona sensata se atrevería nunca a desafiar tal axioma con probabilidades de éxito. Si pienso, soy. Puro como el agua cristalina.
Ya es conocida mi afición por Jack Kerouak (Y si no, podeis ver la primera entrada de este blog). Hace poco, empecé a leer otra de sus obras indispensables: Los vagabundos del dharma; del cual, una vez lo acabe, sin duda alguna haré una entrada al respecto. Como en “On the Road”; Jack Kerouak describe en esta ocasión un viaje considerablemente autobiográfico; mas esta vez centrado en una búsqueda mucho mas espiritual; profundizando en las enseñanzas de un conocido poeta budista americano (Gary Snyder) y su manera de ver la vida.
Como en todas las obras del escritor, uno se pone muy fácilmente en su sitio y no puede evitar reflexionar sobre el punto de vista que se le propone; y se ve excitado por la pasión con la que Jack relata sus periplos, y por sus alegorías al mas puro Carpe Diem. Así, una vez pasadas las primeras 50 páginas, es inevitable empezar a sentir curiosidad por las enseñanzas budistas y caminos espirituales generalmente desconocidos en la sociedad en la que vivimos.
Pero, una vez investigada el área, uno se da cuenta que como cualquier boddhisattva antes de convertirse en Buda, la verdad del budismo no se encuentra en libros, sino en la meditación y en la reflexión de lo que sentimos como vida dentro nuestro. Yo nunca le había dado ningún crédito al poder de la meditación. En realidad, nunca le había dado ningún crédito al budismo en general; mas allá del beneficio de la tolerancia y el respeto.
No me malinterpreten. No me he vuelto budista; y no comulgo con muchos de los pensamientos de tal corriente filosófica (pues es mas esto que una religión). No obstante, aprendí de sus enseñanzas (en las cuales no soy un erúdito ni mucho menos; solo un principiante emocionado como un niño con su primer juguete) la maravillosa arte de la meditación, y la llevé a cabo, y la saboreé en su máximo exponente. Y sentí como la vida entro en mí y vi la luz y tuve una iluminación, y me di cuenta de una verdad, tan axiomática como la de Descartes, y me regodeé en éxtasis ante tan emocionante descubrimiento.
Así, mientras contaba las respiraciones de mi pausada y maravillosa meditación, sentí como mi mente se relajaba y encontraba la paz y entraba en éxtasis. Al levantarme, la sala era otra. Los ruidos mas ligeros, mas suaves, de los rincones de mi habitación, eran tan intensos y agradables como el viento en la cara en un soleado día de primavera en la montaña. La felicidad inundaba mis pulmones, y cada aspiración era aire puro, viento azafranado, viento de aromas de flores, y cada respiración me hacía sentir vivo.
Y al momento supe que no era energía, ni nada mágico; sino que era la más simple consecuencia de la mas pura verdad que el hombre puede encontrar, pues mi mente estaba clara en ese momento y no tuve dudas de la realidad y de lo que acababa de descubrir. Vi que estaba en éxtasis; y no tenia nada que ver con el Nirvana budista, porque había extraído todo lo negativo de mis pensamientos, y los había centrado en lo mas fresco y puro que pude encontrar en el mundo. Mi mente en aquel momento era positiva, y no tenía resquicios de oscuridad, y solo tenía luz. Solo pensé en cuan bello era lo que tenía por delante y tal pensamiento extasió las puntas de mis dedos; calambre que se extendió alrededor de mi cuerpo crispando mi mas profundo yo. Y supe en aquel mismísimo instante que Somos lo que pensamos, pues nosotros solo somos nuestra mente; Y eso es tan cierto como que nadie puede decir lo contrario, pues nuestra personalidad, nuestra persona es etérea, es el viento de nuestro cerebro; y nuestro cuerpo el sustento de nuestra mente. Y me di cuenta que fuera cual fuera la situación en la que uno se encontrara, el pensamiento positivo era la clave; pues lo que pensamos es lo que somos; y es lo que condiciona nuestra vida y es lo que nos hace ser como somos.
Y se también que debo avisar; pues la gente puede entenderlo mal; que esto no significa que reniegue de lo material, pues este sigue siendo nuestro pan y nuestro vino; y este nos ayuda a conseguir la paz mental y espiritual de la que hablo; y este nos ayuda a pensar en cosas puras. Pero el cuerpo y nuestro entorno no es nuestra realidad, ni nuestra personalidad, sino que es nuestra percepción de tal, y nuestros pensamientos al respecto, lo que en realidad se convierte en nosotros.
Dicho esto, y escribiendo tal como salen los pensamientos de mi cabeza, emulando a mi escritor bandera; os insto a buscar el lado positivo en vuestra mente; a meditar y extrapolar la frescura de vuestros pensamientos; y a daros cuenta que son éstos los que van a condicionar vuestra vida y van a hacer que viváis como vosotros queráis. Y veréis, cuando hayáis llegado al mismo razonamiento que yo, que es entonces cuando uno se siente en control de si mismo; pues por fin se da cuenta de como controlar su realidad y su humor.
A mí siempre me han producido curiosidad el budismo y la meditación, el tema me es cercano porque mis padres la practican.
ResponderEliminarEl budismo se me quedó algo desmitifcado después de asistir a una ceremonia en un monasterio de Nepal, pero sigue mereciendo bastante respeto por mi parte.
Con la meditación he tenido alguna experiencia cansina cuando estuve en India pero no deja de parecerme útil. A mí me vendría bien para despejar la cabeza de tanta basura, pero bueno...
Déjate de Kerouak y lee a Bukowski de una vez! Te meto a blogs que sigo, a ver si le cojo el tranquillo a esto.
jaja, no te preocupes, cuando acabe con este libro atacaré bukowski a ver que tal; sinceramente, estoy intrigado ^^.
ResponderEliminarBuenas.
ResponderEliminarEs la primera vez que paso por aquí y la verdad me ha impresionado. Yo soy muy fan de Bob Dylan y de toda la generación Beat pero nunca había pensado en profundizar en Kerouac, cosa que de seguro haré.
En definitiva, muchas gracias por este texto que ha despertado mi curiosidad de una manera que hacía tiempo que no experimentaba.
Adiós.
Joan
Doncs la veritat és que, per molt cuento chino que sembli, això de la meditació funciona. No sé si era el solet o allò que em vas dir, però una petita meditació a les 5 de la tarda, descansant de l'estudi, em va força bé per calmar-me.
ResponderEliminarEns veiem!